viernes, 15 de noviembre de 2013

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA.

   Un día malo lo puede tener cualquiera, en el que te sientes agobiado, decaído, triste, sin ganas de nada... Y justo el día siguiente es todo lo contrario, te sientes vivo, alegre, rodeado de tus amigos y seres cercanos, pasándolo bien, disfrutando, divirtiéndote...
   Es una pequeña demostración de lo que puede llegar a ser nuestra vida. Tendremos momentos de bajón, en los que nadie confíe en nosotros, llegaremos hasta tal punto de "mala fortuna" que no podamos creer en nosotros mismos. Sin embargo, siempre habrá algo o alguien que nos levante la moral, que nos de el empujón, la chispa, el coraje, que nos hace falta para continuar paso a paso con nuestros sueños.
   Si tiramos la toalla, ¿qué esperanzas nos quedarán? Si de verdad queremos algo, debemos luchar por ello cada uno de nuestros días, y así, solo así, no tendremos remordimientos de no haberlo intentado en caso de que todo salga mal.



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